En hogares insuficientemente aislados y que disponen de cámara de aire en la fachada, es posible instalar aislamiento térmico específico a través de unos pequeños taladros desde el interior o desde el exterior de la vivienda. De esta forma mejoramos la eficiencia energética y el confort de la vivienda de forma sencilla y rápida, con una actuación limpia, que no requiere licencia de obras ni acuerdo de la comunidad, y que se ejecuta habitualmente en un solo día.
Además de las cámaras de fachada, también se puede instalar aislamiento en el interior de falsos techos, suelos elevados y espacios no habitados.
Sin embargo, no todos los productos pueden ser empleados en todas las zonas de aplicación. Es necesario remarcar el adecuado uso de cada tipo de producto en función del lugar donde se vaya a realiza la intervención. A continuación, se muestra una relación producto-obra en la que podemos ver en qué situaciones se pueden aplicar los diferentes materiales de aislamiento.
Al igual que ocurre con cualquier otro tipo de obras de mejora en el interior de viviendas, existe una relación entre el coste y las ventajas que se obtienen, las cuales, en el caso de las obras de mejora por incorporación de aislamiento en la cámara de aire existente en la fachada de tu edificio, pueden agruparse en cinco bloques:
- Confort: Las obras en las que se inyecta el aislamiento en la cámara de aire de la fachada nos encontramos con mejoras en el confort térmico y acústico, eliminación de infiltraciones y ayuda a eliminar humedades y condensaciones.
- Sencillez: Se trata de actuaciones rápidas, limpias y sin necesidad de licencia de obras ni acuerdo de la comunidad.
- Ahorro: La inyección de aislamiento es una actuación económica que permite reducir la factura energética, así como optar a subvenciones y desgravaciones fiscales por mejora de la eficiencia energética de la vivienda o el edificio.
- Sostenibilidad: Mejora la calificación energética de la vivienda y reduce las emisiones de CO2.
- Confianza: Instalación profesional, segura y duradera.
Sin embargo, uno de los puntos que más importan a los propietarios de las viviendas es el modo de proceder y actuar para llevar a cabo las actuaciones. En el caso de este tipo de obras, la instalación se resume en cuatro sencillos pasos:
VISITA INICIAL
En primer lugar, se deberá de llevar a cabo una inspección de la vivienda y de los espacios que van a ser objeto de la actuación. Para ello, un técnico cualificado deberá de realizar una visita inicial a la vivienda o al edificio para poder hacer un diagnóstico completo, analizando las diferentes opciones para obtener el mayor beneficio mediante las actuaciones planteadas.
DISEÑO PERSONALIZADO DE LA SOLUCIÓN
Tras la visita realizada por el técnico y la empresa, ambos se deberán de poner manos a la obra para plantear la mejor de las soluciones posibles, logrando la mayor mejora con el mínimo impacto tanto en los paramentos sobre los que se trabaja como en el resto de la vivienda o edificio. Esta solución deberá de ser planteada y consensuada en todo momento con la propiedad, de modo que se dé el visto bueno para poder comenzar con la actuación.
PROCESO DE OBRA E INSTALACIÓN
A diferencia de otros tipos de obras, la instalación de aislamiento en las cámaras de aire de las viviendas se realiza normalmente en un solo día, realizando una serie de taladros desde el interior o desde el exterior de la vivienda, e introduciendo el material de aislamiento hasta rellenar completamente la cámara. Una vez finalizado el proceso, los taladros se sellan para poder proceder a los acabados y remates con los que se terminará la obra
DOCUMENTACIÓN FINAL
Una vez se han terminado los trabajos, el cliente recibe el certificado final de obra con las especificaciones técnicas del producto y la instalación, así como la mejora energética obtenida, mostrando con ello el beneficio obtenido con las obras realizadas.
Como resulta obvio, la instalación del aislamiento en las cámaras de aire de las viviendas requiere de la intervención de una empresa profesional, formada, bien equipada y con experiencia y solvencia técnica. A la vista de esto, la Asociación de Instaladores de Aislamiento (AISLA), reconoce mediante el conocido como Sello Instalador Homologado la ética, calidad y formación de los instaladores encargados de este tipo de trabajo. Además, de cara a técnicos y ciudadanos, AISLA cuanta con una base de Instaladores Homologados AISLA que podrán ayudarte con todo el proceso, asegurando con ello una gestión profesional y limpia de toda la obra.