Toda rehabilitación histórica y todo trabajo de restauración del patrimonio necesita, por descontado, de una labor previa de documentación para conocer no solo su estado de conservación, sino toda la historia que existen en torno al objeto en sí, ya que este trabajo nos va a permitir abordar los trabajos a ejecutar con mayor respeto a la naturaleza original del edificio.
Para lograr este conocimiento base para el desarrollo de los proyectos existen diversas herramientas, pero la realidad es que una de las más potentes es la fotogrametría, una técnica que emplea fotografías para medir y generar modelos tridimensionales precisos de las estructuras sobre las que estemos trabajando.
Tomas para fotogrametría de terreno mediante vuelo y cámara (© Patrimonio global)
Si bien es cierto que puede ser considerada como una técnica moderna, la fotogrametría tiene sus orígenes en el siglo XIX y su desarrollo a nivel científico y tecnológico en el siglo XX. Originalmente, esta técnica fue empleada en la Primera Guerra Mundial para la producción de mapas topográficos a partir de fotografías aéreas, permitiendo el análisis de las características del terreno.
No fue hasta mediados del siglo XX cuando esta técnica comenzó a emplearse en el campo de la arquitectura, permitiendo a técnicos e historiadores documentar las estructuras y edificios con mayor detalle.
Desde entonces, la fotogrametría no ha dejado de evolucionar, haciéndose cada vez más accesible y permitiendo mejoras en el procesamiento de las imágenes y la medición gracias a los sistemas integrados en ordenadores, las imágenes digitales de alta resolución y el empleo de vuelos dron para la captura de imágenes desde cualquier punto de vista, aéreo o terrestre.
Sesión fotográfica para aplicar técnicas fotogramétricas a una pieza arqueológica (© Patrimonio global)
Si lo analizamos desde el punto de vista científico, la fotogrametría es la ciencia que tiene por objetivo determinar las dimensiones y posiciones de los objetos en el espacio a partir de medidas realizadas sobre fotografías. Este proceso se divide en varias etapas:
- Preparatoria: en este momento se considera toda la información inicial del edificio, memorias, fotografías, planos, etc… que nos permitan tener una base clara para ir a los puntos más importante durante el análisis
- Trabajo: se corresponde con la preparación de las rutas a seguir para la toma de fotografías, buscando que dichas imágenes tengan un solape correcto para poder ejecutar una fotogrametría detallada de manera posterior. En el caso de usar drones para la toma de imágenes debemos de establecer unas rutas de vuelo programadas de manera automática para que el proceso sea más rápido y preciso
- Fotogrametría: con esta fase nos referimos al post procesamiento de imágenes, llevando a cabo los parámetros básicos para conseguir una buena calidad, una correcta alineación, triangulación y unión de fotografías para generar de manera posterior la nube de puntos o el modelo 3D
- Análisis: finalmente se aplican las dimensiones reales y se lleva a cabo la detección de fallas, analizando el modelo desde diferentes puntos y ángulos para obtener una lista de daños en forma de símbolos y marcas
(© Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón)
Una vez llevadas a cabo todas las fases del proceso fotogramétrico podemos obtener toda la información que deseamos, destacando para el uso de estas herramientas en el patrimonio arquitectónico los siguientes datos:
– Definición geométrica y gráfica del estado actual del patrimonio
– Documentación geométrica de alta definición para proyectos de intervención
– Foto fija de deterioros y deformaciones y estudio temporal a través de tomas de datos secuenciadas en el proceso
– Mapa de daños para el estudio y restauración virtual
Todo ello ha convertido a la fotogrametría en uno de los métodos de estudio más empleados en el trabajo de la rehabilitación y restauración del patrimonio arquitectónico que, a buen seguro, seguirá avanzando para permitirnos mejorar nuestra labor como profesionales dentro de este campo